El mundo profesional empieza a dividirse entre los vacunados y los no vacunados
Columna originalmente publicada por el periódico El Financiero 26 de julio de 2021.
¿Ya estás vacunado? La pregunta es cada vez más común.
Es difícil identificar si la pregunta emerge desde el miedo a ser contagiado o desde la conciencia de ser potencial portador asintomático del virus e involuntaria fuente de contagio. En cualquier caso, obtener un sí como respuesta suele ser tranquilizador.
En el ámbito social, el cuestionamiento suele ser tan bienvenido como comentado. Y es que son tan variadas las anécdotas de cómo hemos ido teniendo acceso al inmunógeno que no deja de ser interesante escuchar lo sencillo que ha resultado para unos y los retos que otros han sorteado.
En el ámbito profesional, la pregunta empieza a adquirir lecturas diferentes y a producir efectos variados. Si bien, algunos responden con claridad sus propósitos en el tema, no todos simpatizan con que su cliente o jefe les pregunten o, incluso, les pidan acreditar que su proceso de inmunización ya se concretó.
¿Qué permite pensar que el mundo profesional empieza a dividirse entre vacunados y no-vacunados?
Aquí tres fenómenos observados para la reflexión directiva:
1) Una empresa organiza un evento presencial para socios estratégicos. Se trata de dueños de entidades legalmente independientes, pero con un vínculo comercial exclusivo. Antes de la pandemia, el foco de los organizadores de ese evento estaba en detonar nuevos ciclos de negocios, atendiendo perfectamente bien a sus 200 invitados.
En esta nueva edición, el requisito para asistir es ya estar vacunado. El foco ya no está en la creación de un espacio de relacionamiento empresarial intensivo, sino en lograr un buen evento libre de contagios atribuibles a los anfitriones. No acreditas tu vacuna y no firmas un texto legal que lo ratifica y que exime de responsabilidad, entonces no puedes llegar.
2) Otra empresa organiza el primer retiro corporativo presencial para directivos de distintas unidades de negocio. En el programa decide incluir la exposición presencial de 3 conferencistas de distintos países.
Lo que en ediciones previas fue un servicio profesional independiente de trámite, hoy incluye –como condición de contratación– que los expositores acrediten que han sido vacunados. Un conferencista afirmó que no lo estaba (por ‘no creer en la vacuna’) y fue prudentemente sustituido por otro que sí lo acreditó.
3) Una tercera empresa en el mundo de la gastronomía recibió una solicitud de servicio en un evento de carácter social-familiar de alta sofisticación. Su récord da registro pleno de haber operado banquetes equivalentes, sólo superado ahora por la exigencia de que el 100% de las personas que vayan a ingresar a las instalaciones de su cliente deberán acreditar haber recibido la vacuna del COVID-19 veinte días antes del evento. Así es. Vacuna, no prueba negativa.
La disponibilidad del biológico en México y la región Latam sigue siendo limitada y el proceso de vacunación camina a una velocidad por debajo del deseo. Millones quieren recibir sus ‘shots’ ayer. Y en el deseo de procurar ambientes de trabajo saludables y normalizados, las más de las empresas estimulan y facilitan que sus colaboradores y proveedores asistan a los centros de vacunación.
No obstante, las corporaciones pronto empezarán a vivir los desafíos de la gente que no quiere ser vacunada. Y aunque esa es una decisión privada y que parte del ejercicio de la libertad individual, se confronta con el propósito compartido de entidades y personas de disminuir contagios y efectos de la enfermedad en círculos de trabajo y socialización compartidos.
El mundo no tardará mucho en marcar múltiples carriles diferenciados para los vacunados y para los no vacunados. Argumentos habrá de sobra. Unos debatidos en público y otras, por respeto a quienes piensan distinto, simplemente definidos en –cortito– y en privado.