En el 2T20 prevén que economía caerá 35.5%: para las empresas se pondrá más que peor
Columna originalmente publicada por el periódico El Financiero 30 de marzo de 2020
J.P. Morgan Latin America Emerging Markets Research publicó el pasado 26 de marzo que su expectativa revisada de crecimiento de la economía mexicana para el año es -7%. Lo que pocos recogieron de ese mismo reporte es que su pronóstico para el segundo trimestre del año (2T20) es menos 35.5%.
Lo que viene en el 2T20 no pasará inadvertido para nadie. En nuestros círculos cercanos vamos a escuchar dramáticas reducciones de ingresos en muchos negocios, empresas que se ven forzadas a cerrar, empleos que se pierden, salarios que se recortan y toda clase de problemas derivados de la enorme vulnerabilidad financiera con la que muchas compañías operan.
En su definición más simple, vulnerabilidad es el grado de susceptibilidad a ser lastimado o herido. En el mundo de los negocios, se refiere a la capacidad para resistir y sobreponerse a un impacto brusco y normalmente inesperado.
¿Qué hacer para prepararse para el trimestre más negativo que ha vivido la economía mexicana en décadas? Aquí tres sugerencias para la reflexión:
1) Flujo, flujo y después flujo.- Una economía en contracción no sólo frena las ventas dramáticamente, sino que deteriora aceleradamente la calidad de las cuentas por cobrar. Ello obliga a tutelar cada proyección de cobro y cada cliente con lupa y rigor.
2) Disminuye tu operación y elimina todos los gastos no esenciales.- Todo aquel gasto que no resulte indispensable para operar debe ser cortado y, si no es posible, reducido de forma dramática. Todo componente del negocio debe estar sujeto a revisión. Y si estás excesivamente endeudado, es momento de avisar a tus acreedores y sentarte a negociar.
3) Define tu ‘modelo puente’.- Un modo temporal que te permita cruzar el río. En algunos casos será un cambio en productos. En otros será un modo de hibernación. En algunos más será una forma temporal para aprovechar oportunidades circunstanciales. Lo que sea que visualices que te permita navegar un entorno contraído, ejecútalo con disciplina de método el día de ayer.
Ningún dueño o director de empresa debe subestimar la velocidad con la que puede deteriorarse el balance financiero de su negocio. Son contadas las compañías que pueden mantenerse intactas 3, 6 o 9 meses cuando están viviendo una fuerte caída de ingresos. Aunque los efectos sean teóricamente temporales, la destrucción de valor puede ser tan agresiva que dañe de muerte a la organización.
Pero, ojo, el mundo no se va a acabar en 2020. Así que, entre ajustes y recortes, date tiempo para observar la evolución de tu industria, para advertir el impacto en otros sectores y para leer oportunidades a las que puedas brincar con arrojo y determinación.
Y es que aquellas empresas que logren sobrevivir estos mares secos, enfrentarán un futuro fértil en eso que llamaremos –más temprano que tarde– ‘la nueva normalidad’.